Borobudur: el cielo y la tierra

Indonesia

La experiencia

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El templo de Borobudur

Borobudur es el mayor monumento budista del mundo, y una de las joyas más preciadas de Java e Indonesia. Compite con Angkor y Bagan por erigirse como el más majestuoso templo budista del sureste asiático. Sin embargo, para la monumentalidad y magnificencia del complejo, es muy poco lo que sabemos de él. Se calcula que fue construido hacia el año 750 d.C., pero se desconoce quién lo encargó, por qué, y para qué. Todas estas incógnitas lo hacen, a su vez, aún más misterioso y mágico, y descubrirlo será el paraíso de los amantes de lo antiguo y lo desconocido.

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Historia y mito

No hay ningún registro escrito de quién construyó Borobudur, o por qué. Probablemente, se fundó como un lugar religioso en el siglo VIII de nuestra era, durante el apogeo de la dinastía Sailendra en la región central de la isla de Java. Se cree que el templo debió de tardar unos 75 años en construirse, y que se completó hacia el año 825.

Bodobudur estuvo abandonado y escondido bajo capas de ceniza volcánica y selva durante siglos. Nadie sabe con certeza por qué se abandonó, pero el folclore popular plantea que la población local perdió el interés en torno al siglo XV, cuando hubo en la región una conversión masiva al Islam. Otra opción es que Borobudur quedase enterrado bajo sucesivas capas de ceniza volcánica procedentes del cercano Monte Merapi. En cualquier caso, la memoria de su grandeza nunca llegó a perderse, y los lugareños nunca olvidaron que, escondido en la selva, había un lugar de culto de arquitectura grandiosa.

Durante el breve período de dominación británica de Java (de 1811 a 1816), el gobernador oyó hablar de un gigantesco monumento “perdido” en mitad de la jungla cerca de Yogyakarta y, en 1815, se descubrió la maravilla de Borobudur. Sin embargo, habría que esperar hasta 1885 para que se limpiase la selva circundante y se desenterrase el monumento completamente.

En la segunda mitad del siglo XX, y después de décadas de conservación y mantenimiento del terreno (que estaba en malas condiciones y amenazaba con derrumbarse en cualquier momento), la UNESCO declaró el templo de Borobudur Patrimonio de la Humanidad en 1991.

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Formas terrenales y celestiales

El magnífico complejo religioso de Borobudur es el templo budista más grande del planeta, y un importante centro de peregrinación en la actualidad. Este templo representa muchas capas de la teoría budista. Visto desde el cielo, Borobudur tiene la forma de un mandala budista tradicional. Los mandala son muy importantes en el arte budista e hindú, y su forma básica consiste en un cuadrado con cuatro entradas, y un círculo central, tal y como se reproduce en Borobudur.

En el templo de Borobudur, hay un total de 504 estatuas de Buda en posición meditativa, y todas ellas presentan una de las seis posturas de manos (mudrās) diferentes. Estas mudrās simbolizan conceptos como la caridad, la razón o la intrepidez, y se dice que narran la historia que no puede contar la cara serena del Buda. Â

El templo simboliza el monte sagrado de Meru, que, para la cosmología india, está situado en el centro del universo. Borobudur representa asimismo las principales enseñanzas de la doctrina budista: las Cuatro Nobles Verdades, el Noble Óctuple Sendero, y, por último, los tres reinos de la existencia (presentados desde fuera hacia dentro y desde abajo hacia arriba). El diseño arquitectónico de Borobudur hace que, si el visitante o peregrino sigue las enseñanzas espirituales representadas en los relieves del templo en el orden correcto, será guiado de un dhātu (o reino de la existencia) al siguiente, hasta la Iluminación.

El templo de Borobudur representa los tres dhātus de la cosmología budista. El primero de estos reinos es el de Kāmadhātu, o “reino del deseo”, y excavado en el subsuelo, se encuentra representado con 160 relieves que escenifican la ley de la causa y el efecto (o karma). Este reino de la existencia se parece a la vida del ser humano que aún no ha desarrollado el sentido moral de la responsabilidad.

El segundo reino es el de RÅ«padhātu, “el reino de la forma”, en el cual el ser humano se vuelve más consciente del sentido de la vida respecto a los principios fundamentales del código moral budista. En el templo, este reino está compuesto por los primeros niveles cuadrangulares del templo. Para observar todos los relieves de este reino en el orden correcto, uno deberá recorrer estas terrazas cuatro veces en el sentido de las agujas del reloj, pues hay dos series diferentes de relieves.

El tercer reino, el de ArÅ«padhātu o “reino sin forma”, es, en Borobudur, el punto más alto del templo y tiene una estructura circular. Por tanto, llegar a la cima del templo simboliza la realización de la Iluminación o Nirvāņa, después de haber atravesado exitosamente los reinos inferiores.

Las historias representadas en los relieves de las terrazas inferiores nos hablan de la vida ordinaria en la cultura javanesa del momento de la construcción, pero, según ascendemos hacia las terrazas superiores, la historia se va haciendo más profunda y contiene cada vez lecciones espirituales más complejas, posiblemente simbolizando el proceso de desapego del “Mundo de las Ilusiones”. Por último, en las tres terrazas más altas, circulares, y que corresponden con el reino ArÅ«padhātu, los relieves desaparecen, así como el resto de decoraciones y ornamentos. Aquí, sólo hay estupas, pues lo primordial es la pureza de la forma. Hay un total de 72 estupas rodeando una central de mayor tamaño.

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Precio

Un amanecer en Borobudur

Seguir el camino como un peregrino, desde la base del monumento y ascendiendo hasta la cima a través de los tres niveles de la cosmología budista será una experiencia difícil de olvidar para cualquier viajero. El monumento nos guía a través de escaleras y corredores hacia el Nirvāņa, y no será raro cruzarse con monjes taciturnos que entonan sus cantos al amanecer para saludar al nuevo día. Ése será, sin duda, el mejor momento para descubrir el monumento. Al alba, las primeras luces despejan la tenebrosa sombra del gigante de piedra y los más de quinientos bustos de Buda se perfilan nítidos y serenos en el frescor de la mañana.

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Cómo hacerlo

Región de Borobudur

Merece la pena destinar una parte de nuestro viaje a Indonesia a conocer la región de Borobudur, pues la zona se está erigiendo como el centro budista más importante del país y actualmente hay tres monasterios en la zona que no dejarán indiferente al viajero. Además, Borobudur, conocido por los lugareños como el Jardín de Java, está formado por un paisaje sumamente bonito que recuerda un mosaico de arrozales verdes y pueblos tradicionales ("kampung") donde crece el arroz, todo dominado por altas cumbre volcánicas.

Para empaparse mejor de la vida cotidiana en este mágico lugar una buena opción es visitar las aldeas de los alrededores de Borobudur, y mezclarse entre sus gentes, disfrutando no sólo del fértil y montañoso paisaje si no también de la cultura local y sus costumbres. A unos 3 km al suroeste del recinto monumental, la aldea de Karang destaca por su producción de tofu, elaborado con métodos tradicionales: cocinado con aceite de coco sobre un fuego de leña.

La siguiente localidad, Nglipoh, es un centro de alfarareria donde las gentes del lugar presumen de llevar más de un milenio elaborando vasijas de arcilla (especialmente "ibu" o recipientes para cocinar).

En definitiva, aquí los visitantes son bien recibidos y los lugareños disfrutan enseñando sus técnicas y productos artesanales, un método de mantener vivas sus tradiciones y adaptarse al tiempo al turismo que viene a la zona atraido por el monumental Templo de Borobudur.