De Mandawa a Bikaner

India

La experiencia

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El Rajastán es el territorio de los colores. Una tierra de lagos y ríos, montañas nevadas y desiertos interminables. Es un lugar de multiplicidad, que se refleja en el paisaje, la gente, la cultura, las lenguas y las religiones, cada una de las cuales ha contribuido a forjar el estado que existe hoy en día.

En este artículo, te proponemos uno de los caminos menos trillados del Rajastán indio: conocer las ciudades de Mandawa y Bikaner, grandes centros de la vida Rajput del siglo XVIII, y que cuentan con una enorme riqueza patrimonial y cultural. El trayecto entre Mandawa y Bikaner es de 188 km, y se hace en unas tres horas por carretera. Sin embargo, hay unas cuantas paradas que se pueden hacer en esta ruta para descubrir algunas joyas indias de gran valor artístico e histórico.

MANDAWA

Mandawa se encuentra en la región de Shekhawati, que también es conocida como la “galería de arte al aire libre” del Rajastán, y es la zona con mayor concentración de frescos del mundo entero. De todas las ciudades de la región de Shekhawati, Mandawa es una de las más bellas y mejor preparadas para recibir turistas, aunque sigue sin ser una ciudad tan turística como otras del Rajastán. Este pequeño enclave fundado por los rajputs en el siglo XVIII, será una buena base de operaciones desde la que descubrir los espectaculares havelis y fuertes de la zona.

Mandawa, una pequeña población que se recorre fácilmente en un par de horas, es uno de esos lugares relajados de la India, en donde la vida rural se apodera del tiempo y hace que las cosas vayan más despacio, convirtiéndose en uno de los pocos lugares del Rajastán donde el visitante puede maravillarse ante los espectáculos históricos y religiosos locales sin interferencias, y donde los lugareños son encantadores sin esperar nada a cambio del turista.

LOS HAVELIS

En la época en que se desintegraron las grandes dinastías, y aparecieron los pequeños reinos y estados, florecieron aquí los havelis, unas mansiones suntuosamente decoradas, que hacían las veces de residencia de la nueva generación de realeza en la zona del Rajastán.

En Shekhawati, hay muchos havelis que han funcionado, hasta hace relativamente poco, como mansiones privadas. En Mandawa, algunos de los havelis que se han conservado en mejores condiciones son el Fuerte de Mandawa (Castle Haveli) y el Mandawa Haveli, ambos reconvertidos en hotel en la actualidad. Aquí, las restauraciones han sido muy cuidadosas y se han mantenido los frescos originales en las paredes de los palacios.

El Fuerte de Mandawa es, sin lugar a dudas, uno de los grandes atractivos de esta ciudad. En el año 1755, Thakur Nawal Singh, heredero directo de los gobernantes shekhawati, mandó construir el fuerte, que domina la ciudad entera y al que se accede a través de una entrada con arcadas delicadamente pintadas que representan a Krishna y sus vacas.Â

KARNI MATA

Que no cunda el pánico si, al llegar a este templo, nos lo encontramos infestado de ratas. El templo de Karni Mata es uno de los templos más especiales de toda la India, y en él se veneran como deidades a estos roedores.

Karni Mata vivió durante el siglo XIV y realizó numerosos milagros durante su vida. Un día, su hijo pequeño, Lakhan, se ahogó en el río, y Karni Mata suplicó a Yama, el dios de la muerte, que hiciera que su hijo volviera a la vida. Aunque el dios no pudo ayudarla, Karni Mata consiguió con éxito su proeza trayendo a su hijo del reino de los muertos aunque, eso sí, en forma de rata, y estableció que todos los miembros de su familia no habrían de morir, sino que se reencarnarían en kabas (ratas). Si tenemos esto en cuenta, el templo no está tan repleto de ratas como podríamos esperar, pero sí que hay muchas, especialmente concentradas en los recovecos y rincones en los que los monjes y los peregrinos les dejan comida. Como en casi todos los templos de la India, para entrar en el templo de Karni Mata, hay que descalzarse. Pero no deberemos preocuparnos: si una rata pasa corriendo sobre nuestros pies descalzos, nos concederá buena suerte.

EL TEMPLO BHANDASAR

Otra parada antes de llegar a Bikaner deberá ser en el Templo jainista de Bhandasar, cuya construcción concluyó en el año 1514. Es un templo de gran belleza, con motivos florales arabescos y grabados de las vidas de los veinticuatro tirthankaras, los grandes maestros del jainismo. Pero, como casi siempre en la India, lo importante de este templo se encuentra en sus mitos: la leyenda cuenta que, para la construcción de este templo, no se utilizó agua en la argamasa, sino mantequilla, y nada menos que 40.000 kg. Los lugareños aseguran que, en los días calurosos, es posible aún ver correr por los escalones del templo ríos de mantequilla derretida.Â

BIKANER

Bikaner es una ciudad vibrante en las puertas del desierto, con cierto toque de puesto fronterizo. Al igual que Mandawa, no ha sido tan absorbida por el turismo como otras ciudades del Rajastán, aunque sigue siendo fácil encontrar aquí hoteles de todo tipo y ofertas para hacer un safari por el desierto a camello.

El fuerte de Bikaner halla su mayor exponente de belleza en el interior de sus muros. Los patios y laberínticos pasillos nos llevarán por habitaciones de techos altos ricamente decoradas. En el museo del fuerte también se puede ver una exposición de armas antiguas, desde mosquetones hasta un modelo de avión de la II Guerra Mundial.

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Cómo hacerlo

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