Australia es un auténtico paraíso para todos los que queremos emprender una aventura a las antípodas, pues el sexto país más extenso del planeta posee una asombrosa diversidad: un crisol de montañas, desiertos, arrecifes, bosques, playas y ciudades multiculturales.
Un nuevo mundo por descubrir que deja huella en la memoria, inolvidable.
A unos 17 mil kilómetros de España esperaba el viaje siempre soñado, ese que te lleva tan lejos (en horas de vuelo el más largo que he hecho hasta el momento) que te ayuda a ver la vida desde una perspectiva más global y te enseña a valorar las cosas importantes.
Decidí centrar el viaje en Sydney y Melbourne, las dos ciudades principales del país, y recorrerlas descubriendo todo lo que ofrecen al viajero.
Sydney
La ciudad de Sydney ofrece un estilo de vida relajado al aire libre y en las playas, combinado con arte y cultura, excelente gastronomía y vino, naturaleza y una vida nocturna y zonas comerciales cosmopolitas. Por todos estos motivos y por ser una de las urbes más multiculturales se encuentra entre las 10 ciudades con mejor calidad de vida del mundo.
Sydney, con casi 5 millones de habitantes, es la ciudad más emblemática de Australia y también la más turística, pero ese detalle no le resta encanto pues siempre sorprende la grandeza de su Ópera, la visión de su skyline desde el otro lado del Sydney Harbour Bridge o los grandiosos fuegos artificiales de Año Nuevo.
Ópera de Sydney
Declarada Patrimonio de la Humanidad, la Ópera House es uno de los edificios más famosos del mundo. Se puede visitar con un tour guiado, pero lo más recomendable es asistir a uno de sus múltiples eventos: obras de teatro, conciertos, musicales…con más de 1500 representaciones al año.
Royal Botanic Gardens
Fundado a principios del siglo XIX, el Real Jardín Botánico es la zona verde más importante de Sydney, ideal para pasear y admirar las numerosas especies de flora local, árboles centenarios, helechos o composiciones florales que lo embellecen. Ya que se encuentra a pocos metros del ala este de la Ópera, por lo que es perfecto para descansar de nuestro recorrido por la ciudad.
Bondi Beach
Es la playa principal, por ser la más cercana al centro y la que presume de las mejores olas para los surfistas. Gracias a su arena blanca, paseo marítimo (con multitud de bares y restaurantes), y un mar azul turquesa, es considerada como una de las mejores playas del mundo.
Para los que prefieran las playas más tranquilas y familiares, es muy recomendable ir a Manly Beach, donde las corrientes no son tan fuertes y es más seguro bañarse.
En Sydney los sitios para recomendar nunca se acaban: el barrio antiguo de The Rocks en el puerto, Hyde Park, el zoo de Taronga (donde se pueden ver los famosos canguros o wallabies que dan nombre a la Selección Australiana de Rugby, y por supuesto los koalas), la Sydney Tower, o Surry Hills, uno de los barrios de moda entre la gente joven.
Melbourne
Melbourne es una ciudad increíble, repleta de rincones por descubrir. La capital del estado de Victoria es moderna, cosmopolita y vibrante, y está formada por amplias calles dispuestas en cuadrícula con una arquitectura inglesa que llama la atención.
Considerada la capital cultural de Australia gracias a su programa ininterrumpido de festivales gastronómicos o de cine, además de grandes exposiciones de arte y superproducciones musicales, la ciudad es igualmente conocida por su diverso abanico de eventos deportivos, como el Abierto de Tenis y el Gran Premio Fórmula 1.
Todos los museos de la ciudad se encuentran en los alrededores de Cathedral Square, cerca de los Jardines Botánicos, el Rod Laver y el Shrine of Remembrance.
Great Ocean Road
Melbourne es el punto de inicio de la famosa Gran Ruta Oceánica, una carretera que serpentea a lo largo de la más impresionante y espectacular costa Sur de Australia hasta llegar a los espectaculares Doce Apóstoles.
Construida por decisión del gobierno para emplear a los veteranos de guerra que volvieron y no podían acceder a otro trabajo, se ha convertido en un imprescindible para todo viajero amante de los paisajes inolvidables pues todo el camino está lleno de acantilados y vistas increíbles. Lo mejor allí son los 12 Apóstoles, Lord Arch Gorge y el London Bridge.
Los 12 Apóstoles son unas formaciones rocosas erosionadas por el fuerte oleaje famosas por su majestuosidad, pues miden 45 m de altura emergiendo del Océano Antártico en el Parque Nacional de Port Campbell.
El mejor momento del día para ver los 12 apóstoles es al atardece pues, en mi opinión el cielo es mágico cuando se tiñe de rosa mientras cae el sol: el tiempo parece que se para.
Ver esta costa azotada por vientos huracanados y amplios mares produce una estimulante sensación de estar en los confines de la Tierra.
El Valle Yarra
A tan sólo 1 hora del centro de Melbourne se puede descubrir la profundidad de un paisaje que transmite una tranquilidad rural mezclada con el sabor y el aroma de los viñedos. Podemos adentrarnos en estos campos, y visitar sus reconocidas bodegas, en un tren a vapor o caminando por sus senderos.
Australia es definitivamente un país que invita a quedarse, donde la gente siempre está dispuesta a ayudar y compartir.
Un lugar que permite a quien elige vivir en él la oportunidad de aprender y sacar lo mejor de sí mismo, sin tener que perder su identidad, siempre sumando a la comunidad.
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