Delta del Okavango

Es el mayor delta interior del mundo, y uno de los hitos medioambientales y paisajísticos del continente africano. El Okavango nace en las montañas de Angola y cruza Namibia antes de entrar en Botsuana, recorriendo un largo camino de más de 1.100 km. Las fallas geológicas lo rompen en un abanico de canales que conforman el delta y llevan las aguas a morir al desierto del Kalahari, cubriendo una extensión de tierra inundada que oscila entre los 15.000 y los 22.000 kilómetros cuadrados.

La crecida de la inundación tiene lugar desde primeros de mayo y hasta finales de octubre. El delta es un gigantesco oasis entre la sabana seca y el desierto. El agua se evapora, a gran velocidad, por la acción constante del calor, pero lo importante son los nutrientes que deja, de mayor calidad que los registrados en otras muchas zonas del mundo.

Hay diez veces más mamíferos en el delta de los que cabría esperar en un área de similar tamaño e igual régimen de lluvias. La explicación está en los limos que las aguas del Okavango y sus afluentes han depositado aquí durante miles de años. Los nutrientes que arrastra el agua son buenos para las plantas: se calcula que hay alrededor de 1.300 especies de vegetales distintas. Las plantas atraen a los insectos y éstos a las aves, de las que hay 460 especies en el delta. También atraen a los herbívoros, a los que siguen los depredadores.

La protección de este asombroso ecosistema la llevan a cabo la organización estatal Moremi Game Reserve y una excelente red de concesiones privadas como Jao, Vumbura, Chitabe y Pom Pom. La mayor parte de estas reservas cuenta con un par de pequeños campamentos, accesibles sólo por vía aérea, donde se puede disfrutar de excitantes caminatas a pie, recorridos por los canales en motora, paseos en mokoro, salidas de pista en busca de la fauna y safaris nocturnos.

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