Tarangire

Enclavado en el norte de Tanzania, al sur del cráter de Ngorongoro, y muy cerca del lago Manyara, el Tarangire es probablemente el parque nacional más desconocido y menos visitado del tradicional circuito por el norte del país. Sin embargo, su acceso es cómodo, por buena carretera y a algo menos de dos horas desde la ciudad de Arusha.

Se trata de un parque extenso, de aproximadamente unos 2.600 km². Por lo general tan solo se visita en su mitad norte, ya que su zona sur es muy pantanosa y apenas hay pistas que lo atraviesen. El ecosistema del parque lo marca el río Tarangire, que lo cruza longitudinalmente. La existencia del río Tarangire, convertido en la única reserva de agua permanente en la zona, atrae en la época seca a muchos animales de las regiones circundantes. Se produce una pequeña migración, no tan grande como la del ecosistema Serengueti-Mara, pero considerable entre agosto a octubre que los hace los meses más atractivos para la visita.

Tarangire contiene una población de elefantes de las de mayor densidad de Tanzania, y su escasa vegetación, salpicada de los majestuosos baobabs y acacias, lo convierten en un lugar especial. Además de elefantes también se puede disfrutar de manadas de cebras, ñus, jirafas, elands, facocero, antílopes. kudu y oryx que se dejan ver con facilidad, así como de familias enteras de babuinos. En menor medida, pueden avistarse leones, leopardos y guepardos.

El paisaje se caracteriza por sus suaves planicies arboladas, donde además de los mencionados baobabs, hay árboles de ébano y caoba, albicias, tamarindos, higueras, acacias paraguas, candelarias y palmera de sabana. La vegetación es más abundante en las riberas del Tarangire, donde más aparece la característica combinación de palmeras y baobabs.

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