Livingstone

Declaradas Patrimonio Mundial por la Unesco, las cataratas Victoria se encuentran situadas a caballo entre Zambia y Zimbabwe. Aunque descubiertas en 1855 por el explorador británico David Livingstone, y bautizadas con ese nombre en honor a la reina de Inglaterra, las tribus locales prefieren llamarlas Mosi-oa-Tunya, literalmente el humo que truena.

El estruendo y la niebla que se forma con la caída por ellas del agua del Zambeze, se perciben a una distancia de varios kilómetros. No en balde, cada segundo, el equivalente a veinte piscinas olímpicas se precipita a una profundidad de más de 100 metros, provocando un bramido al chocar con el agua del curso inferior del río y una nube fina de espuma que alcanza los 300 metros de altura.

Es en el verano austral cuando mayor resulta el flujo de agua que discurre por el cauce del Zambeze -hasta cinco millones de metros cúbicos de agua por minuto-; aunque la mejor estación para disfrutar del panorama es cuando las aguas están más calmadas, entre mayo y septiembre, durante la estación seca.

Desde el lado de Zambia es posible situarse justo encima de la masa de agua, recorrer senderos encaramados sobre el abismo y descender por un camino escarpado hasta la base de las cataratas. Los aficionados a las sensaciones fuertes tienen la posibilidad de practicar el rafting en la parte que desemboca en la entrada del río Kariba.

La zona ofrece también diferentes actividades, como el safari a lomo de elefantes, excursiones en helicóptero sobre las cascadas, vuelos en ultraligero o un sobrecogedor ejercicio de puenting en el cauce del Zambeze. Uno de los mejores momentos posibles es el picnic con champán que se organiza en la isla de Livingstone, un enorme bloque rocoso que separa en dos las cataratas, así como los obligados cruceros por el río a la puesta de sol que organizan todos los campamentos.

Hoteles recomendados en Livingstone

Programas sugeridos en Livingstone

Otros destinos en Zambia