Buenos Aires

Buenos Aires es el París de América, un reflejo de la Argentina rica de principios del XX, cuando se miraba en Europa y adoptó aires de capital burguesa con nobles edificios, parques y jardines, teatros y amplias avenidas. Hoy conserva todo eso y más, porque se ha renovado, ha recuperado barrios que hasta hace poco no estaban en el mapa y ha dado nueva vida a los lugares tradicionales donde se condensa la magia de las tradiciones porteñas.

Buenos Aires reúne a casi un tercio de la población argentina. Situada a orillas del río de la Plata, en plena llanura de La Pampa, tiene una personalidad muy marcada, intelectual y popular al mismo tiempo, con el encanto de sus raíces contradictorias. Despliega una inmensa gama de atractivos y sus dimensiones obligan a organizar bien las visitas para no dejar de lado a ninguno de ellos.

El centro tradicional desprende energía y elegancia, que se percibe en la Plaza de Mayo y en espaciosas avenidas como la de Mayo y la de Corrientes, que además son el eje de la vida nocturna. El sur de la ciudad conserva el sabor y la tradición de ese Buenos Aires que habla con la melodía del tango. San Telmo, de calles empedradas y tiendas de antigüedades, y La Boca, donde los inmigrantes italianos aportaron su costumbre de pintar las casas con la pintura de los barcos, llevan al visitante a un mundo convertido en un mito.

Puerto Madero contrasta con el centro. El antiguo puerto es ahora una de las zonas más modernas de la capital. Con nuevos edificios, espacios cuidadosamente diseñados y lujosas zonas residenciales, es el lugar indicado para una sofisticada salida nocturna o para un agradable paseo a orillas del Río de la Plata. Al norte se encuentran los barrios más acomodados, como La Recoleta, con un magnífico cementerio, restaurantes y zonas de compras. Palermo es un barrio bohemio muy frecuentado por gente joven y con un ambiente relajado. Abundan con los cafés, las galerías de arte y las tiendas alternativas.

Buenos Aires ofrece al visitante una intensa vida cultural, un alto nivel de vida. Los servicios para el turismo son excelentes, con restaurantes para todos los gustos y bolsillos donde degustar la excelente carne argentina y los magníficos vinos del país. La música y el baile – tangos y milongas – forman parte del espíritu de la ciudad, que también ofrece al viajero cine, teatro y conciertos variados de la mejor calidad.