Salar de Uyuni

La ciudad de Uyuni es lo más parecido a un pueblo de frontera y lo cierto es que más allá de ella parece no haber nada más que una extensión infinita del sal. El salar de Uyuni es el resultado de una elevación del suelo marino, como consecuencia de la formación de los Andes. El agua se evaporó dejando una llanura enorme, cubierta por una gruesa capa de sal blanca como la nieve. El paisaje, con una luz clara, una atmósfera transparente, un aire frío debido a la altura, y un entorno de absoluto silencio crea una experiencia única y da lugar a una fuerte sensación de irrealidad. La isla Incahuasi es como un faro en medio del mar de sal. Emerge del suelo con sus llamativos cactus y se convierte en una atalaya desde cuya altura disfrutar del mejor panorama.

La visita al salar suele hacerse en un día, aunque es uno de los caminos hacia el altiplano que conducen hasta Chile. Hay que hacerla en coche porque las distancias son grandes y el entorno demasiado inhóspito para largas caminatas. Pero andar un poco en medio de la inmensidad de sal, caminar libremente por ella, resultará un paseo insólito que servirá para percibir la singularidad del ambiente y para recordar durante mucho tiempo la experiencia vivida.

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