Sucre
En el centro de Bolivia, Sucre fue la capital histórica, la ciudad donde se declaró la independencia y sigue siendo el lugar donde se acumulan iglesias, conventos, museos y monumentos históricos para formar el conjunto más importante del país. Un aviso: rica en arquitectura colonial, la antigua capital quizás brille menos que otras ciudades también históricas de la América hispana. Bolivia es un país modesto y las inversiones de restauración que se hicieron en otros lugares llegan aquí de manera mucho más moderada. El brillo de la riqueza monumental de Sucre es todavía tenue comparado con lo que la ciudad se merece.
Situada en el llano, al borde de un escarpe montañoso, Sucre es una población en pendiente con calles empinadas que unen los barrios altos con los que se asientan en su parte baja. La gran plaza donde se halla la catedral, con su fachada barroca, es el centro de la ciudad colonial, de casas bajas y trazado en cuadrícula. Casi todo se halla al alcance de un paseo a pie desde el centro.
La casa de la Libertad, el lugar donde se declaró la independencia de Bolivia, se ha convertido en un museo excelentemente mantenido. Las colecciones del museo de antropología, MUSEF, merecen también una visita. Iglesias y conventos como el de S. Felipe Neri, con un singular terrado desde el que se contempla la ciudad casi entera, resultan sorprendentes. Y, algo alejado, el barrio de la Recoleta, elevado con un magnífico mirador sobre la ciudad baja y con un interesantísimo Museo de la Artesanía, es otra de las visitas -aunque hay muchas más- que dan a Sucre su merecida notoriedad.
Empezando en Sucre y Potosí para llegar al fascinante paisaje del altiplano en el Salar de Uyuni, visitar La Paz y sus alrededores y terminar en Santa Cruz, la segunda capital de Bolivia. Un viaje corto e intenso para vibrar en cada una de sus etapas.
Un recorrido completo desde Sucre y Potosí, el fascinante paisaje del altiplano en el Salar de Uyuni, La Paz y sus alrededores, para terminar en Santa Cruz y las misiones jesuíticas.