Salvador de Bahía

Salvador de Bahía es una ciudad con gran personalidad, donde la mezcla de lo portugués, lo africano y lo indígena ha creado un ambiente cultural riquísimo y perceptible en la gastronomía, las fiestas, la música, las religiones y la manera de ser.

Bahía tiene dos partes. En la ciudad baja, cerca del mar y muy llana, se encuentra el mercado Modelo, muy frecuentado por los turistas y donde se ofrece toda clase de artesanía. Más apartado está el mercado de Sao Joaquim, donde acuden los bahianos. Más lejos aún se encuentra la iglesia del famoso Cristo del Bonfim, al que atribuyen poderes extraordinarios.

En la ciudad alta, de calles empinadas, está el casco antiguo, el Pelourinho, un centro histórico lleno de sabor -declarado Patrimonio Cultural Mundial- que conserva un legado inestimable de construcciones barrocas de los siglos XVII y XVIII. Es un barrio lleno de vida con callejuelas adoquinadas donde se siente la fuerza cultural de esta ciudad con raíces africanas: mujeres negras con blusas blancas y coloridos turbantes, ceremonias de candomblé y macumba y espectáculos de capoeira.

Salvador es la capital del estado de Bahía, donde hay 900 km de playas solitarias bajo los cocoteros, con islas paradisíacas, manglares y sitios para bucear. Ésta es una región de pequeñas pousadas, hamacas en la arena y fiestas en la playa. En esta costa los sitios más animados son Praia do Forte –una antigua aldea de pescadores con extensas playas y mucha vida turística– y Morro do Sao Paulo, donde está el canal de Tapeorá, rodeado de manglares y donde encontraremos pousadas y restaurantes. Los lugares más tranquilos son Boipeba –remoto y desierto, con kilómetros de playa y piscinas naturales–, Itacaré –con magníficas playas de agua cristalina y un sofisticado spa– y Troncoso, de ambiente bohemio y alternativo.

El clima es siempre cálido, con mínimas de 17 ºC y máximas de 30 ºC. La época de lluvias se extiende de abril a junio.