Península de Gaspé
Al nordeste de la ciudad de Quebec, adentrándose en el Golfo de San Lorenzo, se encuentra la Península de Gaspé, una lengua de tierra bordeada a un lado por las aguas del último tramo del San Lorenzo y por el otro la Bahía des Chaleurs abierta igualmente al inmenso golfo. Su localización a desmano, y el clima muy severo en invierno han ayudado a conservar la región y sus paisajes, que pasan por ser de los más atractivos de Quebec. El panorama de la Península de Gaspé, sembrado de coloridas granjas está plagado en el litoral de playas blancas interminables que contrastan con los llamativos acantilados que perfilaron los glaciares milenarios. La vegetación baja, de un intenso verde sobre un suelo rocoso en las áreas más próximas al mar, se combina con bosques de pinos densamente poblados de una belleza extraordinaria, en las zonas más altas.
La Roca de Percé, es el extremo más oriental de la península. Se trata en realidad de la punta norte de la inmensa cordillera de los Apalaches que emerge en una pequeña isla casi pegada a tierra. Este aislado promontorio conserva retazos de su pasado colonial, con un pequeño núcleo de granjas tradicionales que se mantiene firme a pesar del rigor del clima. Aquí, en la Isla Bonaventure donde se encuentra la Roca, se halla también el hogar de la mayor colonia de alcatraces de toda América del norte.
El parque Nacional de la Gaspésie protege una parte de las tierras del interior de la península. Con un paisaje duro, a veces desolado, de relieve quebrado y suelo rocoso hará las delicias de los aficionados a caminar y de quienes quiera ver el paisaje desde las alturas...
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