Quebec City
Quebec City es la única ciudad amurallada del continente americano. La Ciudad Vieja, dividida en dos partes, la ciudad baja y la alta, y declarada Patrimonio de la Humanidad, invita a caminar por sus calles empedradas y estrechas, con sus casas de los siglos XVII y XVIII y los picos de las iglesias apuntando al cielo. No se habrá conocido la ciudad sin haber visitado el Castillo Frontenac, las Llanuras de Abraham, la Ciudadela y la Terrasse Dufferin.
Quebec, apodada por Churchill el Gibraltar de Norteamérica, es, para Canadá, un lugar importante en términos históricos. El primer asentamiento europeo en la región se produjo en 1608 con colonos franceses, y comenzó a crecer al convertirse en un puerto interior importante. A partir del año 1615, empezaron a asentarse aquí misioneros católicos, cuya influencia se ha mantenido hasta nuestros días. En 1759, tuvo lugar también aquí la batalla más importante que enfrentó a británicos y franceses en Canadá y que concluyó con la cesión de los territorios canadienses por parte de Francia a los ingleses.
Tras la batalla, la ciudad quedó en manos británicas y se convirtió en un humilde puerto centrado en la industria maderera y los astilleros. Quebec City se convirtió en la capital de la Baja Canadá en 1840, pero para entonces la madera se estaba acabando y la aparición del vapor permitía ahora el traslado en barco hasta Montreal. La ciudad cayó en declive y se convirtió en una población de pequeña industria. La Revolución Tranquila de 1960 hizo de Quebec otra vez el centro de la Canadá francesa y de las reivindicaciones de los símbolos de la gloria y del patrimonio francés. La emergencia de la economía francófona también benefició enormemente a la ciudad, que ahora disfruta del estatus de gran metrópoli cosmopolita y multicultural.
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