Arenal

El Arenal, al noroeste del país, es uno de los volcanes más activos de América. Su perfecto cono humeante se levanta majestuoso junto al lago Arenal y a la ciudad de Fortuna, en medio de un paisaje llano cubierto de selva verde. El Parque Nacional Volcán Arenal protege esta zona. Por él discurren distintos senderos bien señalados y cómodos que recorren las faldas del volcán y permiten acercarse a los campos de lava. Alguno de sus tramos está formado por puentes colgantes desde los que observar de cerca las copas de los árboles y las aves que viven en su espesura.

El parque incluye además un volcán dormido, el Cerro Chato, cuyo cráter está ocupado por una laguna y al que se puede subir a pie, en una excursión más fatigosa y esforzada. Al pie del volcán, el lago Arenal es un embalse por el que se puede dar un paseo en barco para apreciar la vista del volcán si el día es claro. Suele tener un viento fuerte que lo hace perfecto para practicar windsurf.

La pequeña ciudad de Fortuna sirve de centro para las numerosas actividades que se pueden realizar en la zona. Recibe muchos visitantes, tiene una vida animada y dispone de numerosos hoteles y restaurantes. En sus cercanías está la catarata de Fortuna, un hermoso salto de agua rodeado de bosque y helechos al que se llega descendiendo una empinada ladera. El agua está fría pero es posible bañarse en la poza bajo la catarata.

Gracias a la actividad volcánica de la zona, en Arenal abundan las aguas termales. El río Tabacón atraviesa una zona de termas a 37ºC bien acondicionadas, con piscinas y pozas en cascada a diferentes temperaturas envueltas en la naturaleza y rodeadas de vegetación.

Para espíritus más aventureros hay distintas actividades en la selva circundante, especialmente paseos por los árboles con tirolina y rafting en los ríos Toro o Balsa, recorridos a caballo y muchas otras propuestas.