Península de Monterrey
La bahía y colinas de Monterrey han sido evocadas por poetas, artistas y fotógrafos. La Cannery Row, famosa por el autor John Steinbeck, es hoy día un lugar repleto de restaurantes y pequeñas tiendas junto a su famoso Acuario que es, además, centro de investigaciones oceanográficas. En invierno es posible avistar la ballena gris que migra de Alaska a las costas mexicanas. En verano es posible ver orcas y ballenas jorobadas.
Los alrededores, arbolados, su situación junto al mar y las numerosas huellas de su pasado hispano hacen de ella una de las más bellas ciudades de California. Pasear por el frente marítimo, visitar el Maritime Museum and History Center o recorrer el Path of History, serán excelentes maneras de conocer el lugar.
Además, en numerosos puntos de la costa se divisan manadas de leones marinos, como en la reserva de Pebble Beach, que es el paraíso mundial de los amantes del golf. La carretera 17-Mile Drive que va desde Pacific Grove a Pebble Beach, es uno de los paseos más pintorescos del mundo, que aúna increíbles vistas y lugares naturales singulares, entre los famosos campos de golf de Pebble Beach.
En la península de Monterrey se encuentra también Carmel, ciudad pequeña y tranquila, con un glamour cosmopolita, donde tienen sus casas ricos y famosos de la zona. En Beach Avenue hay numerosas tiendas, galerías de arte, restaurantes y cafés al más puro estilo americano. Aquí está también la Misión de San Carlos Borromeo, la segunda misión más antigua de la Alta California, fundada a finales del s.XVIII por Fray Junípero Serra.
En las cercanías, el Monumento Nacional Fort Ord es ideal para practicar senderismo, montar a caballo, andar en bicicleta de montaña y observar la vida silvestre en su hábitat natural. Y muy cerca también se encuentra la joya de la corona de los parques estatales: el parque de Point Lobos, hogar de leones marinos, focas, elefantes marinos y nutrias marinas, y un punto de parada durante todo el año para las orcas. Los visitantes pueden incluso ver ballenas desde la costa en su épica de migración. El parque es también un paraíso para los observadores de aves, y para los amantes el senderismo.
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