Lago Atitlán

En las tierras altas de Guatemala, rodeado de un anillo de volcanes cuyas pendientes en muchos casos llegan a la orilla del agua, se encuentra el majestuoso paisaje del lago Atitlán.

Panajachel es la capital del entorno que compone el lago, la población mejor equipada donde encontrar toda clase de servicios. En ella se combina el sabor local con un ambiente cosmopolita y bohemio que hará sentirse cómodo al visitante. Pero, además de Panajachel, todo el contorno del lago está salpicado de pequeñas poblaciones hasta no hace mucho aisladas donde las comunidades quichés, tzutuhiles y cakchiqueles conservaron con fuerza sus coloridas tradiciones, sus particulares liturgias religiosas y la lengua maya.

Llegados al lago no puede faltar una navegación por sus aguas a fin de conocer algunos de los pueblos asentados en sus orillas. En Santiago Atitlán vive la comunidad tzutuhil, cuyos artesanos elaboran llamativos tejidos multicolores. Es interesante su mercado, al que una o dos veces a la semana acuden los campesinos de los alrededores. Y más llamativo todavía el culto que se rinde a San Maximón, una asombrosa fusión de santo católico, deidad maya y conquistador legendario a quien se ofrece tabaco y licor en señal de devoción.

No lejos de Atitlán, en tierras más altas, está Chichicastenango, un acogedor pueblo típico, de casas encaladas y calles empedradas en el que se celebra desde hace siglos un enorme mercado indígena los jueves y domingos. Ha sido un mercado legendario hasta hace poco, multicolor, bullicioso y auténtico. Ahora sigue siendo legendario y multicolor, pero se ha transformado en una importante atracción turística.

Alrededor de la iglesia de Santo Tomás se instalan puestos de verduras, frutas, flores, tejidos y herramientas. El mercado está atestado de gente de las aldeas cercanas, en ocasiones con sus llamativos vestidos. Es un espectáculo recorrerlo y observarlo todo y una buena ocasión para comprar excelente artesanía local. Además de muchos productos para turistas, se venden tejidos artesanales de llamativos colores, cerámica, etc. La iglesia de Santo Tomás y sus ritos y procesiones son una armónica mezcla de tradición colonial católica y de cultura maya.