Archipiélago de San Blas

El archipiélago de San Blas es un conglomerado de islas minúsculas en el Caribe, frente a las costas del Darién. Muy dispersas -se cuentan más de 350 islas-, dotadas de pocos recursos y habitadas por la comunidad indígena de los kuna han sido un reducto de vida tradicional, apartada del mundo. Por ello no es de extrañar que se las considere un paraíso.

Sólo unas pocas islas están habitadas porque muchas no tienen espacio más que para alojar un ramillete de palmeras y una banda de arena impoluta que las separa del agua del mar. Las instalaciones, lo mismo que la construcción de los lugares donde alojarse, acostumbran a ser muy básicas. Cabañas rústicas con techos de paja, paredes y suelos de bambú y de fibras vegetales, rudimentarios servicios de aseo son el entorno habitual con que se encuentran quienes visitan San Blas. El lujo no está en los pequeños hoteles que a veces ocupan toda una isla sino en el entorno natural auténticamente único.

Aguas turquesa, cocoteros, arena blanca y una paz infinita son los atributos de este lugar insólito.

Como es de esperar, se llega en barca a las distintas islas desde un rudimentario embarcadero en el continente. Y en barca también suele hacerse el pequeño viaje desde la isla donde se vive hasta cualquier otra isla cercana para pasar el día y conocer una pequeña parte más del archipiélago.

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