Cuzco

Situada a 3.400 metros de altitud, Cuzco fue la capital del imperio incaico. A pesar de tanta historia como lleva a cuestas, Cuzco no aburre porque es animada y en las calles hay un continuo movimiento que entretiene y forma el contrapunto perfecto a su impresionante patrimonio monumental.

Desde el centro de Cuzco, la mayor parte de lugares de interés en la ciudad son accesibles a pie. Los monumentos y lugares de interés cultural son numerosos. Por ello y para no agotarse en las visitas, conviene mezclar iglesias o museos con paseos por la calle, con la visita al mercado, con algún recorrido por la tiendas y con la elección de los restaurantes donde comer, que son muchos. Si hubiera que elegir cuatro cosas que un visitante no se debiera perder, la elección podría ser: la Catedral, el complejo Qorikancha, el Museo de Arte Precolombino y, para cambiar radicalmente de sintonía, el Mercado Central.

Con sus plazas, sus iglesias y conventos, su catedral... Cuzco proporciona una lección de la historia colonial que aún se aprecia en su arquitectura. Hay muchas cosas que ver, pero el mayor encanto de este lugar se encuentra en las calles y las plazas que lo conforman. Uno de los barrios más populares es el de San Blas, donde se dan cita los artistas de la ciudad.

Las montañas más próximas a Cuzco poseen importantes restos arqueológicos tan interesantes como agradables de visitar. Tambomachay primero, luego Pukapukara, después Quenco y finalmente Sacsayhuamán componen el recorrido por los lugares a visitar. Todos son relativamente pequeños excepto Sacsayhuamán, con sus muros de piedras ciclópeas. El conjunto ofrece un rico panorama sobre la cultura inca, sus asentamientos, su modo de construir, los espacios donde vivir y las áreas religiosas...