China
De la China milenaria a un futuro trepidante.
Si hay un país que causa admiración y sorpresa es China. Asentada en una cultura milenaria, muestra hoy una vitalidad difícil de encontrar en otra parte. Y es esta súbita modernización la que la ha convertido en un espectáculo para todo el mundo. Hay que viajar a China para acercarse a los dos extremos de su larga historia y para dejarse seducir por ambos.
Ver la Gran Muralla, cerca de Pekín, visitar Xian en el extremo de la Ruta de la Seda, o acercarse a la bella Guilin con los sorprendentes paisajes que se descubren cuando se navega río abajo hacia Yangshuo justifican el viaje y muestran cómo el mundo es más diverso y rico de lo que el viajero suele imaginar.
Pero China es mucho más. Es casi inagotable. Shanghai espera al visitante como ejemplo de una ciudad moderna, llamativamente activa y vital. Y el Tíbet y la región de Yunnan, repletas de tradiciones y de historia, abren también sus puertas con registros totalmente diferentes para seducir al viajero.
Multitud de alternativas y de combinaciones aparecen cuando se habla China y todas ellas despertarán la admiración de quienes viajen y les dejarán con la sensación de haber visitado un país único.
Pekín y Shanghái se combinan en este viaje con recorridos por lugares como la Gran Muralla, la región de Xian -cuya capital es la ciudad más antigua de China- y Guilin y una navegación por el río Li Jiang.
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