Parque Monte Seorak
La cordillera Taebaeksanmaek constituye la columna vertebral de la península coreana. Su pico más elevado es el Daecheongbong (1.708 m) desde el que se expande el parque del Monte Seorak y el propio Monte Seoraksan.
Considerada la montaña más bella de la tierra surcoreana, presenta paisajes naturales magníficos cuyos ambientes varían al paso de cada estación: en primavera, se cubren de gran variedad de flores coloridas; en verano, se convierten en un refugio de aguas claras y limpias y de atmósfera refrescante que envuelve el valle entero; en otoño, el tono del paisaje viene matizado por los giros de color de las hojas de los árboles; y en invierno, asombra a los visitantes el panorama nevado que cubre laderas y llanuras.
La región entera de Seorak cuenta con un importante patrimonio, además del natural. Magníficos templos como Singehung-Sa (652 d.C.), con su enorme imagen de más de 10 metros de altura de un buda de bronce llamada Jwabul, la ermita de Gyejoam, infinidad de saltos de agua y cascadas (como Biryeong) y pueblos (como Sokcho, una agradable localidad de pescadores situada en el extremo nordeste del país, a pocos kilómetros de Corea del Norte), convierten a la región en imprescindible en cualquier viaje quiera aproximarse al corazón y a las bellezas que ofrece Corea del Sur.
Un país que mezcla tradición y modernidad y disfruta de unos magníficos paisajes. Un recorrido por palacios, templos y museos y mercadillos llenos de vida a los que acuden las gentes de manera habitual.