Khajuraho

La pequeña ciudad de Khajuraho pasaría desapercibida si no fuera por la singular colección de templos que conserva. Hace mil años había en el lugar una ciudad importante, pero de ella, los famosos templos es lo único que ha llegado a nuestros días. Hoy, inmaculadamente restaurados después de siglos de abandono, forman parte de la lista de lugares reconocidos como Patrimonio de la Humanidad.

Miles de esculturas cubren literalmente los sagrados muros de los templos de Khajuraho. Multitud de figuras de dioses, de animales y personas componen un abigarrado enjambre de personajes y escenas que parecen no tener fin. Afamados por la sensualidad delicada de sus esculturas –de erotismo explícito–, los templos se construyeron entre los siglos X y XII y representan el mayor logro arquitectónico y artístico de la dinastía Chandela.

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