Java Oriental

Los volcanes de Bromo e Ijen son seguramente las atracciones principales del este de Java. Desde Yogjakarta se encuentran en el camino hacia Bali, cuando el recorrido se hace por tierra. El viaje permite familiarizarse con el país, pero debe tenerse en cuenta que la circulación es lenta, por una carretera de un solo carril que atraviesa numerosas poblaciones.

El trayecto transcurre entre atasco y atasco. El tráfico, aunque denso, no es especialmente caótico, a pesar de las motos que se cruzan continuamente y que se juegan la vida ante los conductores impasibles y ajenos, aparentemente, a su presencia. Por ello, efectuar algún tramo en tren cuando sea posible, resulta recomendable.

El monte Bromo se sitúa en el medio de una llanura llamada sea of Sand, o mar de Arena. Desde su cima las vistas son inmejorables. Al amanecer, el sol asciende coloreando el cielo con tonos rojizos y amarillentos, al otro lado queda el mar de Arena con el monte Batok (2.470 m) y en segunda línea el Kursi (2.581 m), y al fondo el pico más alto de Java, el volcán Semeru (3.676 m). Por supuesto tanta belleza no es ningún secreto y hay que compartirla con los cientos de turistas que también han madrugado.

La meseta de Ijen es una extensa área montañosa de una belleza paisajística excepcional que alterna frondosos bosques y plantaciones de café con las cimas y laderas de los volcanes Ijen, Raung, Suket y Merapi entre otros picos más pequeños. El punto fuerte es el cráter del volcán dormido de Ijen que esconde entre sus paredes el mayor lago sulfuroso del mundo. Es una zona protegida y, al igual que en el monte Bromo, hay que pagar una entrada para acceder a la reserva natural.

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