Kermán

Kermán se encuentra en el sureste iraní en la orilla occidental del desierto Dasht-e Lut. Aunque queda alejada de las rutas turísticas de la meseta, existen varios y buenos motivos que llevan a dirigir los pasos hasta ella.

El primero es el paisaje que rodea la ciudad, una mezcla única de desierto -terroso y árido, a veces, sembrado de oscuras rocas volcánicas, otras- y montañas (nevadas parte del año). Pero además, Kermán posee muchos más atractivos. Situada en la ruta de la Seda -Marco Polo ya se refirió a la ciudad-, cuenta con mezquitas y bazares que hablan de su vitalidad comercial.

La mezquita del Viernes, decorada con una amplia colección de azulejos y situada junto al bazar es de gran belleza. La mezquita del Imam, mucho más sobria como corresponde a una construcción más antigua y más arraigada en el desierto, muestra otra sensibilidad y es una de las más antiguas de Irán.

Por supuesto, el viejo Bazar-e Vakil, es otra atracción a no perderse, lo mismo que la Biblioteca Nacional o museos de diferentes orientaciones que muestran la solidez cultural de Kermán. El Museo de la ‘ceca’, dedicado a la numismática, el Museo Etnológico o el Museo de arte San’ati son parte de ellos.

Los trabajos de los artesanos del bazar, en cobre o cerámica, tienen fama, pero son las alfombras de Kermán las especialmente celebradas.

Aunque hay más porque muy cerca de la ciudad, los jardines de Fathabad dan el toque de frescura típico de los palacios en un país que se ha sentido siempre atraído por la naturaleza y por las flores. Y en Mahán más llamativos aún son los jardines de Shahzadeh con su profunda perspectiva de láminas de agua dispuestas en cascada y que han sido incluidos en la lista de monumentos Patrimonio de la Humanidad. También en Mahán se visita el mausoleo de Shah Nimatullah Wali, el poeta, maestro y filósofo sufí que aún se recuerda con veneración.

Rayen, más al sur, merece también atención porque su ciudadela-castillo de adobe es una obra singular y arquitectónicamente muy importante, como lo es, todavía más al sur, la vieja ciudad Bam, absolutamente extraordinaria, destruida por un terremoto reciente y en período de reconstrucción.