Vang Vieng

El camino que parte de Luang Prabang y nos conduce hasta Vang Vieng es una espectacular carretera de montaña con continuas subidas y descensos prácticamente hasta llegar a Kasi; desde aquí el paisaje de relieve kárstico que va bordeando el río hace que la llegada a Vang Vieng sea de una belleza singular.

La ciudad, asentada junto al río Nam Song, en un terreno asombrosamente bello, produce reacciones muy distintas. Confieso que para mí es una ciudad anodina, a la que no he sabido descubrir nada de particular, pero, en cambio, los alrededores me han parecido llenos de atractivos. Invitan a realizar excursiones, que disfrutarán sobre todo los amantes de la espeleología, ya que disponen de cientos de cavernas y túneles, algunos todavía sin explorar.

Además, esta zona es frecuentada por muchos aficionados a las actividades de aire libre, interesados en practicar un nuevo deporte denominado tubing que consiste en dejarse llevar por la corriente del río subido en una rueda de tractor.

Lo mejor para recorrer estos alrededores de Vang Vieng es alquilar una bicicleta, perderse por sus caminos y visitar alguna cueva. Entre todas ellas quizás la más célebre la de Tham Phu Kham considerada sagrada por los laosianos, que alberga en su interior una laguna de aguas de color azul verdoso y en la que nos podemos dar un chapuzón. No obstante no se recomienda para los que tengan vértigo, ya que hay unos 200 metros de ascensión por un tramo de montaña bastante empinado; y lo peor no es subir, sino tener que bajar.