Omán
Un oasis color turquesa.
Omán es un país discreto que ha pasado en pocos años de ser un pueblo de marinos y pastores anclado en las más viejas tradiciones a convertirse en una comunidad de hoy. Pero en este tránsito no ha perdido el contacto con sus orígenes y sigue siendo el hogar de los viejos árabes que surcaron el Índico desde Filipinas hasta África, un lugar tranquilo, de gente amable y acogedora, de paisajes duros de desierto y de mar azul intenso. Sigue teniendo agricultores, pescadores y comerciantes que se han abierto al mundo y han abierto su país a los visitantes.
El clima y los paisajes hacen de Omán un país especial. Muscat, la capital, es moderna y antigua al mismo tiempo. Guarda restos de cuando era escala en los viajes hacia oriente de portugueses y de árabes y conserva un bullicoso zoco, pequeños museos y un hermoso paseo de la Corniche sobre el mar.
Será interesante acercarse a los antiguos fuertes, internarse tierra adentro para llegar a algún oasis y dejarse envolver por la tierra árida de la que los campesinos arrancan las cosechas que mantienen pueblos y aldeas. Y también recorrer el litoral y conocer los pueblos de pescadores en la costa.
Omán es una mezcla de pasado y de futuro que conviven en armonía, un balcón a un mundo distinto lleno de historia que tiene el inconfundible atractivo de oriente.
Un destino distinto, un país que conserva un modo de vida tranquilo y sus antiguas tradiciones en un entorno de paisajes espectaculares que combinan el desierto de arena, las regiones de intrincado relieve y un mar de intenso azul.
Una combinación exótica: Omán, un país anclado en el tiempo, que conserva sus tradiciones y modo de vida antiguo, y que ofrece una fascinante colección de paisajes, con un final de playa en las idílicas islas Maldivas en un extraordinario resort de lujo.
Una propuesta singular para disfrutar de los alojamientos más exclusivos y lujosos del mundo.
Conoce Abu Dabi, el 2º emirato más rico del mundo, en una semana. Disfruta las culturas beduina y árabe, sus monumentos y gastronomía. Y un digno colofón: Mascate, una ciudad que conserva el encanto y las tradiciones de las capitales del Golfo.
Una propuesta para combinar en un mismo viaje dos países con tradición y cultura milenaria.
Conocer los lugares bíblicos e históricos de Israel, las joyas pétreas del desierto de Jordania, y terminar con unos días de descanso en la península de Musandam, en el exclusivo Six Senses Zighy Bay.