Estambul
Por su historia y su especial situación geográfica Estambul es una ciudad única. A su espectacular localización, sobre las colinas que bordean las dos orillas del Bósforo, une su condición de capital de dos poderosos imperios -el bizantino y el otomano- que durante cientos de años dejaron su huella con lo mejor de su cultura. Desde la imponente cúpula de Santa Sofía hasta las formidables murallas que defendieron durante siglos la ciudad, los enormes conjuntos alrededor de las mezquitas o el magnífico palacio de Topkapi, el patrimonio histórico de Estambul es inmenso, rico y variado.
Hoy Estambul es una ciudad enorme y vibrante, dinámica y en constante crecimiento. Pero en su centro sigue conservando los barrios antiguos donde se mezclan sus viejas raíces y donde afloran las tradiciones y modos de vida que marcan su carácter. La mayor parte de los monumentos históricos están próximos a Sultanahmet, el centro clásico de la ciudad. Pasado el Cuerno de Oro, el estuario que penetra en la ciudad, se encuentra el barrio de Gálata y los barrios tradicionalmente más cristianos y más occidentales.
Estambul ha sido una ciudad de tránsito. Musulmanes, cristianos griegos y latinos, judíos sefarditas... se mezclaron aunque mantuvieron comunidades propias.
En su diversidad, conviven en la ciudad distritos con poblaciones de carácter muy distinto. Algunos son muy conservadores, como Fatih, donde es raro ver mujeres descubiertas, otros, en la costa europea del Bósforo por ejemplo, poseen restaurantes vanguardistas y zonas de vida nocturna animadísimas, abiertas hasta el amanecer. Moverse por la ciudad es fácil: los lugares más visitados están unidos por un tranvía rapídísimo y los servicios turísticos son excelentes: hoteles, restaurantes, actividades, visitas, excursiones...
Santa Sofía, la Mezquita Azul en frente, y la de Solimán el Magnífico, por hablar de algunos edificios religiosos, son extraordinarias. La cisterna -subterránea- frente a Santa Sofía con el bosque de columnas que la sostiene, es una auténtica maravilla. Kariye Camii, la bella iglesia bizantina, cubierta de mosaicos, los palacios, con Topkapi como el más conocido, los museos, los bazares, el paseo en barco por el Bósforo dan a Estambul un brillo singular y aseguran a los visitantes sorpresas y motivos de disfrute más que sobrados.
Disfrutar de Estambul, una ciudad exótica, culta e inagotable, y hacer una visita breve a La Capadocia con su extraordinario paisaje animado por las innumerables cuevas y capillas alojadas en sus montañas.
Una propuesta para combinar en un mismo viaje dos países con tradición y cultura milenaria.