Viena

Viena es una ciudad imperial, tal y como corresponde a la capital del antiguo imperio austrohúngaro. Situada al borde de los Alpes y a orillas del Danubio, entre el occidente y el oriente europeos, posee un imponente casco histórico que se concentra en un pequeño espacio.

La densidad de palacios, iglesias, edificios nobles y rincones exquisitos que ofrece Viena da la impresión de superar a cualquier otra capital. Perfectamente organizada y con un inmenso patrimonio cultural, es una ciudad muy cómoda para el viajero, que podrá ir a casi todas partes paseando.

El centro de la ciudad está limitado por el Ring, un paseo circular que ocupa el trazado de las antiguas murallas medievales. Su interior es el Innere Stadt, donde está la catedral de San Esteban, en el antiguo corazón medieval de la ciudad. En el interior de Ring se encuentra la mayor parte de los lugares de interés: la Escuela Española de Equitación, la colección Albertina -imprescindible para los amantes del dibujo-, el palacio imperial de Hofburg, la Capilla de los niños cantores, la famosa Ópera... Museos que atesoran colecciones imponentes desde la prehistoria hasta el arte más vanguardista, conciertos de música clásica, ópera, parques, cafés acogedores y una excepcional muestra de estilos arquitectónicos desde el barroco hasta la innovadora Sucesión componen el paisaje de la ciudad.

Fuera del Ring, quedan dos inmensos palacios imperiales -Schonbrunn y Belvedere-, más museos -el de historia del Arte, el de Historia Natural y el de Freud.

Y quedan los grandes parques -el de Belvedere con el palacio ya mencionado, y el famoso Prater donde se alza la imponente noria que hizo historia con la película de El tercer hombre. Hablando de barrios, Justo en el exterior del Ring los de Neubau- especialmente la zona de Spittelberg- y Josefstadt son áreas agradables y vitales, con buenos restaurantes y tiendas.

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