París

París es sinónimo del glamour, una gran capital que ha atraído a escritores, a artistas y a ricos, a personalidades consagradas, lo mismo que a disidentes de todo el mundo, fascinados por su estilo de vida y su riqueza cultural.

El inconfundible ambiente de la ciudad le debe mucho a las reformas del barón Haussman, que logró hacer de una abigarrada ciudad una urbe a la vez grandiosa y habitable, con amplias calles y avenidas bordeadas de elegantes mansiones de piedra. Sobre este conjunto sobresalen los monumentos más reconocibles, desde la torre Eiffel hasta la Ópera o el Louvre. El Sena actúa como el eje de la ciudad, alrededor del cual y de sus puentes se asienta la mayoría de los lugares más visitados. El transporte público es cómodo y eficaz, pero la ciudad es enorme y conviene planificar bien las visitas para aprovechar el tiempo y disfrutar de todo lo que ofrece.

Cada barrio tiene su especial matiz. Frente al carácter más señorial y solemne de la orilla derecha, el Barrio Latino en el margen izquierdo del Sena mantiene el sabor universitario que ha ido cultivando desde la Edad Media la universidad de la Sorbona. Estupendos cafés y mercados callejeros, como el de la rue Mouffetard, restaurantes y tiendas de todas clases animan el famoso barrio de los estudiantes.

El Marais, al otro lado del río, ha renacido después de haber sido un barrio de artesanos y de pequeñas calles en decadencia. Con la plaza barroca de los Vosgos, es ahora una animada zona de restaurantes y tiendas con un ambiente joven pero que no ha perdido su añejo encanto.

La isla en el Sena donde se encuentra Notre Dame es otro de los grandes polos que atraen a los visitantes. Como lo son los famosos Campos Elíseos y las Tullerías donde se levanta el Palacio y el Museo del Louvre.

Más museos: el del Quai D'Orsai, el de Quai Branli, el Dapper de arte africano, el Picasso, el de la Orangerie, el Pompidou.... Y más lugares singulares: la Torre Eiffel, la plaza de la Concordia y la de l'Etoile, el mercado de las Pulgas, la Rue Rivoli, les Halles ....

Más allá de lo que se entiende por cultura, la ciudad se vanagloria, y con razón, de su oferta gastronómica, excelente, muy variada y apta para todos los bolsillos y gustos, desde los bistros de barrio con ambiente familiar a los numerosos y premiados restaurantes más sofisticados.