Atenas

Al menos una vez en la vida hay que visitar la capital griega. Con más de 3.000 años de historia, cuna de la democracia y de la cultura clásica, y hogar de los grandes artistas, escritores y filósofos de la Antigüedad, en Atenas afloran las raíces de Europa y resuenan todavía las voces más lejanas de la cultura occidental. Pero Atenas no se agota en un solo viaje porque es tanta su riqueza y tan variados los rincones que la conforman que el visitante siempre hace algún nuevo descubrimiento que lo vuelve a sorprender.

El barrio más pintoresco de la ciudad es la Plaka, hoy con calles peatonales que invitan a pasear y a entretenerse deteniéndose en los cafés, restaurantes y comercios típicos. Otro barrio donde tomar el pulso a la ciudad es el de Monastiraki. En él se asienta el mercado. Un mercado de toda la vida, activo y bullicioso que mantiene su carácter tradicional. Más actuales y más apropiadas para familiarizarse con la vida de una capital moderna, aunque con un aire de desorden propio del mundo oriental, son las plazas Omonia y Syntagma y las calles que las bordean.

Espacio urbano aparte, Atenas también posee un importante patrimonio verde. El bosque Attiko y las bellas colinas del Lycabeto dan un buen ejemplo de ello y la mejor ocasión para contemplar la ciudad desde lo alto con muy buenas vistas.

Pero por supuesto, la Atenas clásica figura como tema principal en cualquier visita. La Acrópolis, al sur de la ciudad, destaca sobre cualquier otro conjunto de monumentos. El Partenón, el templo de Atenea Victoriosa, los Propileos, el excelente Museo... figuran entre los grandes hitos de la cultura clásica.

El Ágora y sobre todo el extraordinario Museo de Arqueología completan lo que no es más que un pequeño paseo por lo más relevante de la Grecia antigua.