Hungría

Carácter aristocrático y mundo rural.

Hablar de Hungría es hablar de Centroeuropa. Una Centroeuropa ligada a Austria aunque con una mirada algo más oriental. El Danubio atraviesa el país y lo vertebra uniendo su capital Budapest a ese rosario de grandes ciudades que arranca en Alemania y encuentra a su paso a Viena, Bratislava, Belgrado…

Por si fuera poco, a lo largo del tiempo Hungría ha tenido una estrecha relación con Polonia y Ucrania y ha sido una barrera contra los turcos en su pretensión de alcanzar el norte. Lo raro sería pues que Hungría no hubiera adquirido el carácter propio de esta posición central y que el contacto con sus vecinos a lo largo de la historia, no hubieran dejado en ella una impronta que la vincula en lo más profundo de las raíces de Europa.

Budapest, con su barroco, desvela el auge de una nobleza que en el siglo XVIII reflejaba el lujo de un poderoso imperio y en el XIX daba paso a una burguesía que enriqueció el corazón de Europa con intelectuales, artistas, escritores… y que hizo de la capital una ciudad elegante y extraordinaria. Budapest tiene el sabor del pasado y el brillo también de una capital dinámica llena de atractivos para el visitante.

Pero Hungría es por supuesto, mucho más. Pécs, Szeged, Hollókó o Sopron son auténticas joyas, como lo es el lago Balaton, el más grande de la Europa continental, extraordinariamente alargado, y que ofrece a Hungría la sensación de disponer de un auténtico mar.

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