Dublín
Dublín, ubicada en la costa oriental de la isla, en la desembocadura del río Liffey y en el centro del Condado de Dublín, es la capital de Eire. Fue fundada por los vikingos, como base militar y del comercio de esclavos. Se convirtió en capital de la república de Irlanda desde que se constituyó en estado independiente en 1922.
Las dimensiones de la ciudad hacen que caminando se puedan visitar fácilmente sus monumentos y lugares más señalados. Desde Phoenix Park a Merrion Square, bordeada de venerables fachadas georgianas, y desde los antiguos muelles envueltos en efluvios de la cervecería Guinness, resulta fácil recorrer la ciudad a pie.
En un decorado de ladrillos y sin abandonar la proximidad del agua, puesto que el Liffey, el Gran Canal y el Royal canal acompañan a menudo al paseante, desfilan desde los vestigios normandos de la ciudad medieval, a los teatros de Temple Bar siempre en plena efervescencia, pasando por instituciones con tanta solera como el Trinity College y su soberbia biblioteca, los museos dedicados a la memoria de los escritores, los restaurantes de moda de Clarendon Street...
Todo tipo de secretos auténticos o de secretos a voces, para descubrir surgen de un Dublín envuelto en sus tradiciones al mismo tiempo que joven y lleno de dinamismo.
Para quienes gustan de lo diferente: un recorrido con guía privado en español por lugares emblemáticos de Irlanda, y en algunos de los mejores alojamientos del país.
Belmond Grand Hibernian es la mayor experiencia de lujo en Irlanda. Ofreciendo itinerarios de dos, cuatro y seis noches que abarcan toda la isla, los 40 pasajeros de este tren pueden recorrer todo el país con comodidad y estilo inigualables. Subes a bordo en Dublín para descubrir los verdes paisajes, la dramática historia y la encantadora cultura de la Isla Esmeralda.