Sorrento
Está en lo alto de un escarpado con vistas magníficas al Golfo de Nápoles y al Vesubio. La llegada puede engañar porque el llano aparece muy poblado y el interés que despierta en el viajero no es grande. Pero no hay más que ascender al Sorrento antiguo, para descubrir un pueblo lleno de encanto y que a pesar de ser una pequeña ciudad y una referencia turística ha conservado su carácter, su antiguo trazado, una alegre atmósfera en sus calles, plazas, casas y jardines que recuerdan todavía a un pueblo.
Lo mejor es pasear. Y en el paseo las vias Tasso y San Cesareo, la piazza Tasso o la via San Francesco compondrán un recorrido agradable y lleno de sabor.
El Sedile Dominova está justamente en la esquina de las vias Tasso y San Cesareo. Fue un lugar de reunión y de discusión ciudadana. Sus bellos arcos, los frescos con arquitecturas de lo más efectista y la cúpula de azulejos lo convierten en un espacio noble que habla del poder de las familias y de los grupos de interés que mandaban en la ciudad.
La iglesia de San Francesco es otro de los lugares a visitar, sobre todo por su claustro, del siglo XIII, parte de cuyos arcos -los cruzados- muestran una clara influencia árabe.
La Villa comunale, a su lado, ofrece desde su terraza una excelente vista sobre el golfo de Nápoles.
Museo Correale. (En via Correale). Hay que mencionar un museo, en un lugar donde apetece poco encerrarse en uno de ellos. Pero resulta que está alojado en un palacio más que agradable del siglo XVIII y conserva una colección excelente de muebles y objetos (porcelanas, mayólicas, marqueterías) de las artes decorativas napolitanas, además de relojes y de pintura y también de escultura griega y romana.
Un placer para los sentidos: un viaje para disfrutar de algunos de los hoteles con más glamour y encanto de la costa amalfitana, y que mejor conservan las huellas y el orgullo de su pasado.
El legendario Venice Simplon-Orient-Express ofrece una experiencia de viaje como ninguna otra. El romance, la aventura y el glamour al estilo art déco están íntimamente ligados a este mítico tren que realiza varias rutas por distintas ciudades europeas aunque la más demandada es la ruta que une Venecia con París, en ambos sentidos.
Pocos destinos más evocadores que estas dos islas del Mediterráneo, y que aúnen tanta historia, tradición, bellas ciudades y extraordinarios paisajes.