Norte de Italia
El norte de Italia está formado por el amplio valle del Po, que recorre la península de este a oeste y las estribaciones de los Alpes al norte. En el valle se sitúa Milán, sofisticada , industrial, y orgullosa de su papel como capital económica del país. Milán, aunque no vive del turismo, ofrece muchos lugares interesantes y una rica vida cultural. El Duomo, San Ambrosio, el palacio Sforza, la pinacoteca Brera, la mítica Scala... Milán es también un paraíso para las compras de la moda italiana más sofisticada, que se concentra en Via Monteleone y Via Della Spiga. Al norte, a unos 90 kilómetros de Milán y cerca de la frontera con Suiza se levantan los Alpes.
En el límite de los Alpes se encuentran los lagos Garda, Como y Maggiore. Son lagos de origen glaciar, muy profundos, de costas recortadas y salpicados de pequeños pueblos, ciudades tranquilas y aristocráticas villas. Desde la antigüedad han sido el privilegiado lugar de descanso -elegido por Plinio, Leonardo da Vinci y George Clooney- por su hermoso paisaje y por un clima suave que permite una vegetación exuberante. A orillas de los lagos se levantan lujosas villas rodeadas de jardines que llegan hasta el agua. Algunas de ellas están abiertas al público y en todo caso las excursiones en barco por los lagos permiten acercarse a ellas y contemplarlas en toda su belleza.
La región conserva el tono cosmopolita que la hizo famosa y que la marcó con el carácter de rica y discreta. Sus hoteles y restaurantes son numerosos y excelentes. En las pequeñas ciudades - Como, Desenzano sul Garda, Bellagio, Stresa - hay iglesias medievales, mercados, plazas con terrazas y acogedores restaurantes donde disfrutar de la comida y de un buen servicio. Las serpenteantes carreteras suben las pendientes de los montes que rodean a los lagos y llevan a recónditos pueblos y valles.
A unos 30 kilómetros al sur del lago Garda, en el Véneto, se encuentra Verona, con un espléndido centro medieval de larga historia. Conserva un perfecto anfiteatro romano -la Arena- hoy convertido en ópera al aire libre y a su alrededor despliega una red de calles flanqueadas por edificios llenos de sabor e historia -palacios, iglesias, museos...- con una animada vida callejera.
Un placer para los sentidos: un viaje para disfrutar de algunos de los hoteles con más glamour y encanto de la costa amalfitana, y que mejor conservan las huellas y el orgullo de su pasado.
El legendario Venice Simplon-Orient-Express ofrece una experiencia de viaje como ninguna otra. El romance, la aventura y el glamour al estilo art déco están íntimamente ligados a este mítico tren que realiza varias rutas por distintas ciudades europeas aunque la más demandada es la ruta que une Venecia con París, en ambos sentidos.