Budva
Budva es el principal destino turístico de Montenegro. Se encuentra al borde del mar, aproximadamente a una hora y media de Podgorica, la capital. Cuentan que originalmente la ciudad vieja de Budva, el Stari Grad, era una isla, que acabó unida a la costa mediante una lengua de arena. En el siglo XV, Budva se convirtió en el último reducto de la República de Venecia, bajo cuyo dominio permaneció durante 400 años, al amparo de su impresionante fortaleza, encaramada en una roca que sobresale en la bahía.
El Stari Grad, el casco antiguo, está rodeado de un lienzo de murallas y de torres del siglo XV, que aún conserva cinco de las antiguas puertas. En el interior, de marcado carácter veneciano, se abre paso una retícula de calles estrechas donde abundan las boutiques y galerías de arte, pequeñas plazas empedradas e invadidas por terrazas, y algunos edificios históricos. Entre ellos destaca la Iglesia de San Juan (s. IX), en una de cuyas capillas se conserva el icono de "Nuestra Señora de Budva" que se saca en procesión cada 24 de junio, la Iglesia Sta. María in Punta (1804), la iglesia de Sv Trojica, que guarda los restos del escritor Stjepan Mitrov Ljubisa, y la enorme Fortaleza, donde se halla un pequeño museo. Desde ella, unas magníficas vistas se extienden sobre la ciudad, las playas y la bahía con la isla de Sv Nikola al fondo.
En cuanto a sus alrededores, en coche o en autobús es fácil llegar a los pueblos próximos de Petrovac y Sveti Stefan, ambos con largas playas y ambiente familiar. Las playas son en su mayor parte pedregosas y el agua de color turquesa, limpia y transparente. Suelen estar abarrotadas, con poco espacio libre entre toallas, sombrillas y tumbonas de alquiler. En ellas abundan el deseo de presumir y las exhibiciones, en ocasiones llamativamente exageradas, de modelitos de baño ligeros y atrevidos.