Noruega
Fiordos a la vista: naturaleza pura y dura.
Noruega ofrece los paisajes más espectaculares que pueden hallarse en Europa. La naturaleza virgen envuelve a una tierra y un mar que juegan a separarse y encontrarse en un sinfin de rías y fiordos a lo largo de una interminable costa. El clima, húmedo y frío buena parte del año y soleado en época de buen tiempo, contribuye a crear una vegetación espléndida. Las ciudades, pequeñas y cuidadas con mimo son, a menudo, joyas por su arquitectura y por la tranquilidad que respiran.
Un viaje a Noruega ha de empezar por Oslo, una capital apacible, que descansa al final de un profundo fiordo. Pero la costa atlántica es el verdadero destino de la mayoría de quienes viajan a Noruega. Ya sea la fachada que da al océano ya sea el interior, a orillas de recortados fiordos, cualquier recorrido no para de sorprender y de desplegar todo el encanto.
Desde Alesund, que destaca como un singular y armonioso conjunto de estilo art nouveau, hasta Olden o Bergen con una larga historia a sus espaldas y desde un camino atravesando montañas y fiordos hasta una navegación en barco, para conocer la costa desde el mar o para recorrer las profundas grietas por las que entra el Océano en la tierra, todo hará del viaje a Noruega una experiencia inolvidable.
Para disfrutar la naturaleza y los paisajes del Ártico noruego en los meses de verano, y realizar diversas actividades de aventura: navegación por glaciares, safaris en lancha rápida, piraguas de mar o trekking.
Viaje para descubrir el Ártico noruego, un destino especial con algunos de los paisajes más espectaculares del planeta, cruzando el paralelo 78 donde se encuentran las últimas islas antes del Polo Norte..
Aprovechar los meses de invierno para practicar actividades que ofrece el Bajo Ártico noruego: safaris en lancha rápida o trekking en las islas Lofoten, y trineos de perros, motos de nieve, o dormir en un hotel de hielo en Laponia.