Bergen
Bergen es la estrella de cualquier viaje a Noruega. Las casas de madera, pintadas de vivos colores, que bordean el puerto aparecen en todos los folletos y dan una imagen de la ciudad, típica y acogedora, con la que sueña el visitante.
Y, sin embargo, Bergen es una ciudad moderna relativamente grande, cuya realidad puede chocar con lo que se espera de ella. ¿Será que el presente ha borrado el encanto de Bergen? Nada de eso. La que fue gran capital del comercio siglos atrás mantiene sus raíces y sigue llena de interés. Lo que ocurre -y no podía ser de otro modo- es que ha crecido y se ha modernizado. Pero no ha perdido su alma y sólo hace falta pasear por ella un rato para encontrar su sabor y descubrir todos los atractivos que encierra.
El Bergen de hoy, es decir la población más actual, pasa desapercibida por los viajeros. O casi pasa desapercibida, porque al salir o entrar de la ciudad por tierra verán grandes áreas de expansión modernas y aireadas, con centros comerciales numerosos que son síntoma de riqueza.
Bergen sigue siendo el mayor puerto comercial de Noruega. Alrededor de la ciudad amarra una importante flota pesquera. Hay industria y, sobre todo, frente a ella en el mar están los yacimientos de petróleo del Mar del Norte. En la apariencia de la vieja ciudad de Bergen poco de esto se trasluce a menos que se observe el cuidado de sus calles, el buen mantenimiento del entorno y el bullicio de la vida que reflejan la realidad de una ciudad muy próspera.
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