Oslo
Oslo es una ciudad pequeña, en torno al medio millón de habitantes. Demasiado pequeña si lo que se espera es encontrar una metrópoli al estilo de París o Londres. Pero más que suficiente para tomarle el pulso a una capital nórdica y para cogerle el gusto a una ciudad a la que se puede ir a casi todas partes caminando.
Si algo no se puede decir de Oslo es que sea una ciudad agobiada. A veces parece provinciana y de otra época por la tranquilidad que se respira en muchos de sus rincones. Y a pesar de ello está llena de dinamismo.
Tras estos edificios, que acostumbran a ser la puerta de entrada para los visitantes, Oslo se despliega desde la orilla del mar hacia tierra adentro con casas de altura relativamente baja, edificios clásicos en el centro y espacios abiertos donde plazas y lugares ajardinados dan sensación de respiro y de serenidad. Oslo tiene un Centro donde casi todo cae a mano. Buena parte de los lugares a visitar están a distancias cortas y se puede llegar a ellos caminando.
Para disfrutar la naturaleza y los paisajes del Ártico noruego en los meses de verano, y realizar diversas actividades de aventura: navegación por glaciares, safaris en lancha rápida, piraguas de mar o trekking.
Viaje para descubrir el Ártico noruego, un destino especial con algunos de los paisajes más espectaculares del planeta, cruzando el paralelo 78 donde se encuentran las últimas islas antes del Polo Norte..
Aprovechar los meses de invierno para practicar actividades que ofrece el Bajo Ártico noruego: safaris en lancha rápida o trekking en las islas Lofoten, y trineos de perros, motos de nieve, o dormir en un hotel de hielo en Laponia.