Brasov

Brasov, que se extiende a los pies del monte Tampa es uno de los principales lugares de interés, junto a Siguisoara y Sibiu, de Rumanía. Situada en la Transilvania, pertenece a las tierras de la Sajonia rumana que colonizaron a principios de la Edad Media los alemanes. Por ello en sus calles y sus casas más antiguas conserva un aspecto que la hermana con las ciudades germanas.

Brasov está -como tantas ciudades rumanas- en plena renovación. El viajero se da cuenta rápidamente que está en la ciudad, por el colosal cartel colocado en lo alto de la montaña que no pasa inadvertido y que la guía Lonely Planet compara con el célebre luminoso que anuncia Las Vegas.

El centro neurálgico de la ciudad es la espectacular plaza del Concejo -piata Sfatului-, cerrada al tráfico, y muy animada tanto de día como de noche. En ella se encuentran los edificios más sobresalientes. El más importante es el del Ayuntamiento (casa Sfatului) que fue sede del gremio de curtidores, aunque luego albergó al Consejo de los Cien Ediles de la ciudad. Su planta, de origen medieval, sufrió modiicaciones y posteriormente se le añadió la torre de 48 metros. Hoy alberga el Museo de Historia. Sin salir de la plaza , cabe destacar la casa Negustorilor, la iglesia ortodoxa de la Dormición y la casa Muresenilor (en el número 25).

Justo al lado de la piata Sfatului se encuentra la plaza del mercado, del siglo XVIII, donde se levanta la impresionante Iglesia Negra (así llamada por el incendio que sufrió en 1689)

Si se toma la calle Republicii -peatonal-, bordeada por casas de fachadas barrocas, se entrará en un espacio de ambiente festivo y de mucho bullicio. Evidentemente es la calle más transitada de la ciudad y donde se concentran los principales comercios. El centro de la calzada está ocupado por las numerosas terrazas que montan los bares y cafeterías. Vale la pena sentarse en alguna de ellas y dejar volar la imaginación, mientras se toma una cervecita fría. En el número 62 de esta calle, se encuentra el imponente edificio de estilo ecléctico del hotel Corona antiguamente el más lujoso de la ciudad.

Brasov era una ciudad amurallada y una de las plazas fuertes mejor defendidas de la Transilvania. La muralla tenía 12 metros de alto por 2.5 de ancho sobre un perímetro de más de 3 kilómetros, pero en el siglo XVI se desmontó en parte para dejar espacio a nuevas calles y casas. En la actualidad quedan algunos de los bastiones originales y con algún esfuerzo puede subirse a lo alto para disfrutar de unas vistas sobre la ciudad que habrán merecido la pena.

Regresando a la Plaza del Mercado, en el tramo de muralla próximo a la Iglesia Negra se encuentran la torre y puerta de Santa Catalina, la puerta Schei , la casa de Stefan Baciu y fuera ya de la muralla la catedral de San Nicolas y a su lado el Museo de la Primera Escuela Rumana.

Retrocediendo el camino andado, pero en el exterior de las murallas, sobre la colina, se halla la Torre Blanca, y siguiendo hacia lo alto y se encontrará primero la Torre Negra y después el bastión Graft. Para subir a lo alto existen dos maneras: campo a través por el parque o superando las casi doscientas escaleras con una pendiente respetable; una vez arriba lo mejor es sentarse en las escaleras, respirar hondo y disfrutar de las excelentes vistas de la ciudad.

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