Bucovina
La región histórica de Bucovina dividida entre Ucrania y Rumania, reúne entre sus montañas rodeadas de valles neblinosos y bosques de hayas y abetos, la mayor concentración de monasterios decorados con pinturas de inspiración bizantina, tanto por dentro como por fuera, de Rumanía. La mayor parte de ellos fueron edificados entre los siglos XV y XVI durante el reinado de Esteban el Grande, generalmente para conmemorar la victoria sobre el enemigo en alguna batalla.
Estos monasterios son como una pequeña fortaleza protegidos por una muralla a cuyo interior se van adosando las distintas dependencias, que dejan espacio a un amplio patio en el centro del cual se sitúa la iglesia. Esta iglesia es el único edificio decorado y muestra en sus muros majestuosas pinturas inspiradas en temas bíblicos y vidas de los santos, además de la representación -que nunca falta- del juicio final. Es llamativo observar, como buena parte de las pinturas exteriores se mantienen en un espléndido estado de conservación. Las situadas mirando al lado norte, sin embargo, muestran el deterioro debido al viento y al frío.
El conjunto de los monasterios se halla en un círculo de poco más de 50 km de diámetro, pero lo tortuoso de algunas carreteras puede alargar las distancias más allá de lo que parece a primera vista.
Podrían dedicarse varios días a visitar todos los monasterios. Lo habitual es centrarse en los más importantes. Los decorados con pinturas de mejor calidad, los mejor conservados y más impresionantes forman un grupo de seis, que han sido declarados por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Se trata de los monasterios de Voronet, Humor, Moldovita, Sucevita, Arboré y Dragomina.
Nueve días por Transilvania, con sus bellas ciudades medievales y la Bucovina, que conserva singulares monasterios cubiertos de pinturas y siempre en medio de paisajes magníficos. Desplazamientos en coche acompañado de un guía de habla española.