Sibiu

Caminar por las calles peatonales iluminadas de Sibiu da una sensación de paz y tranquilidad absoluta. La ciudad fue capital europea de la cultura en el año 2007 y aprovechó la ocasión para emprender obras de restauración que la han embellecido.

Son muchos los edificios importantes que se concentran en torno a la las plazas Mare y Mica.

En la Piata Mare se hallan algunos de los edificios más señeros de la ciudad: la casa Haller, renacentista, la casa Hecht, con el típico tejado de 'ojos', la casa Fileck, en la esquina con Mgheru, una de las más llamativas, el palacio Brukental, en cuyo interior se aloja un pequeño museo. La Torre del Consejo permite ascender hasta lo alto de su mirador y disponer de una bella vista sobre la ciudad.

El pasadizo que se abre debajo de la Torre del Consejo conduce a la Piata Mica.

A corta distancia está la famosa Iglesia Evangélica. En ella está enterrado el hijo de Vlad Tepes, asesinado en este lugar. Hay que aprovechar para subir los 183 escalones que conducen a la torre del campanario desde donde tenemos las mejores vistas de los tejados de Sibiu y de sus alrededores.

Pero, además de las plazas quizás una de las calles más coquetas sea la Strada Cetatii en la que todavía se puede ver parte de la tercera muralla del siglo XVI, de la que destacan las torres de los carpinteros, la de los arcabuceros y el foso hoy transformado en zona verde.

Y ya que estamos de paseo por la ciudad, un recorrido por el mercado, con los campesinos de los alrededores que han acudido a vender lo que cosechan o su miel, es siempre interesante.


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