Fiorland
Fiordland, incluida en el área de la West Coast, forma parte de las reservas naturales declaradas Patrimonio de la Humanidad. Es una región de suelo extremadamente fragmentado que se creó debido a la fuerte erosión que los hielos produjeron durante las glaciaciones en su arrastre de enormes masas de piedra y agua. Te Anau se encuentra al borde mismo de la región de Fiordland y es el punto de partida para acercarse a los fiordos más visitados: el Milford Sound y el Doubtful Sound.
Milford Sound es una gran ría, ancha y profunda que termina en el mar abierto. El brazo de agua tiene una longitud de alrededor de 15 km y discurre encajonado entre paredes escarpadas de montañas que alcanzan los 1.500 a 1.700 m. Cascadas que se despeñan desde las alturas, recovecos de todas clases, montañas de diversas formas y colores, nubes y luces variadas acompañan la excursión que no defrauda. La navegación se efectúa en barcos bien equipados con un interior caliente donde refugiarse de las posibles inclemencias del exterior.
Doubtful Sound es tan, o si cabe más, emocionante que la visita al Mildford Sound porque el fiordo es sensiblemente mayor y juega con paisajes más diversos. El fiordo, ancho, con diversas bifurcaciones tiene una gran belleza. De nuevo, algunas cascadas, las cumbres de las montañas entre las que discurre, delfines que en algún momento acompañan al barco, rocas con focas calentándose al sol animan el recorrido que además tendrá ocupados todo el tiempo a los amantes de la fotografía. Pero la visita incluye una cosa más: la central eléctrica de Manapouri. Se trata de una central subterránea, excavada en la roca a la que se accede por un tosco túnel.
Conocer las dos grandes islas que configuran Nueva Zelanda para disfrutar de una naturaleza excepcionalmente hermosa y bien conservada. Un viaje perfecto para las actividades al aire libre y explorar glaciares, costas recortadas y zonas de actividad geológica.
Un recorrido que aúna la exploración de la espectacular naturaleza neozelandesa, boscosa y húmeda, con unos días finales en el ambiente tropical y relajado de Bora Bora.
Recorrer las dos islas de Nueva Zelanda en sentido norte-sur para admirar su exuberante naturaleza y disfrutar las innumerables actividades que ofrece al aire libre. Un final en las paradisíacas islas Maldivas será el broche prefecto.
Reúne en un viaje las dos grandes islas de Nueva Zelanda con las islas Cook y disfruta, primero de la naturaleza virgen de bosques, montañas y fiordos, para terminar con una estancia en la idílica y remota isla coralina de Aitutaki.
Propuesta para visitar lo mejor que ofrecen las dos islas que componen Nueva Zelanda, finalizando con unos días de descanso en las paradisíacas islas Fiyi.
Un viaje que combina la ciudad más emblemática de Australia, Sidney, con la exuberante naturaleza de Nueva Zelanda. Paisajes impactantes e intactos, glaciares, ríos de montaña, fiordos, arrecifes de coral, bosques, montañas, ... y un final de playa en las islas Vanuatu.
Un viaje de contrastes, dando la vuelta al mundo, para disfrutar de algunos de los lugares más singulares del océano Pacífico: Sídney y San Francisco para los amantes de los entornos urbanos, Nueva Zelanda para los entusiastas de la naturaleza, y Bora Bora para quienes deseen disfrutar de una isla hecha perfección.