Punakaiki
Separada del resto de la isla por los Alpes Neozelandeses que se despliegan siguiendo el litoral, la costa oeste quedó aislada y además poco poblada. Tuvo sus momentos de gloria en la breve época de la fiebre del oro, cuando parecía que la fortuna estaba aquí al alcance de la mano. Pero muy poco tiempo bastó para hacer olvidar este sueño y cerrar las minas y campamentos que se crearon. También hubo una importante minería del carbón que fue perdiendo impulso con el tiempo.
El hecho es que si buena parte de Nueva Zelanda sorprende por su aspecto 'natural' la Costa Oeste de la isla del sur conserva su naturaleza más virgen todavía y se beneficia de la convivencia entre la llanura litoral y la cadena montañosa que la limita a corta distancia y que la nutre de agua de las lluvias y el deshielo.
Recorrerla despacio es una agradable aventura. E irse parando va a ser la forma de alargar el camino y de disfrutar del paisaje y las peculiaridades que le dan todo su atractivo.
Punakaiki, con extensas playas a sus alrededores, es poco más que una parada en el camino. Unas pocas tiendas, unos hoteles desperdigados y todo orientado hacia el turismo. Pero no hay que preocuparse porque cuando se habla de turismo en Nueva Zelanda no acostumbra a tener el tono tremendo que tiene en otros lugares. A veces, hasta se agradece que haya más gente alrededor.
Las Pancake Rocks son unas formaciones rocosas compuestas a base de estratos horizontales que las dividen como las capas de una tarta milhojas. Sus grandes dimensiones y su posición al borde del mar, formando muchas veces recovecos por los que el agua entra y las erosiona moldeando sus perfiles, las convierten en una atracción. Además, el frondoso camino que se recorre a pie para llegar hasta ellas constituye también una agradable experiencia.
Detenerse en Punakaiki da la mejor excusa para hacer una excelente caminata por Paparoa National Park que ayudará a conocer el medio boscoso que desde la costa se extiende hacia el interior.
Una excursión a la que dedicar por ejemplo una mañana es la que se inicia en el Fox River -a unos 8 km de Punakaiki-, discurre por el cauce del río, da un rodeo por la zona boscosa del interior y vuelve a salir a la costa por otro cauce que lleva hasta muy cerca de Punakaiki.
El recorrido es espléndido y permite gozar de toda clase de árboles por un sendero -como tantos otros- en perfecto estado de conservación, con algunas cuestas, pero apto para todos los públicos.
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