Polinesia Francesa

Barreras de arrecifes y lagos color turquesa.

Polinesia es la imagen perfecta del paraíso tropical hecha realidad: temperaturas cálidas, mar intensamente azul, islas cubiertas de vegetación verde y largas playas con palmeras que se mecen al viento.

En las islas polinesias, de origen volcánico, encontramos dos paisajes característicos: áreas de relieve joven y abrupto, de picos poderosos cubiertos de selva impenetrable, y también zonas de atolones coralinos y plácidas lagunas interiores. Los dos se combinan en una enorme variedad de islas diferentes, algunas muy conocidas y otras casi por descubrir: Tahití, Bora Bora, Raiatea, Moorea, Huahine, Rangiroa,... Esta variedad permite visitar varias islas y descubrir que cada una tiene un carácter propio.

Son islas para disfrutar del sol y de un mar idílico, que cambia de color cada pocos metros y esconde al alcance de la mano un mundo submarino lleno de peces multicolores. Un mar para bucear, navegar, nadar y explorar desde unos alojamientos exquisitos pensados para que el viajero se sumerja en esta naturaleza feliz y exuberante.

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